LA HISTORIA DEL PILATES

La disciplina que hoy conocemos como Pilates, fue creada por Joseph Hubertus Pilates, un hombre alemán adelantado a su generación en el tema del bienestar y la salud física, postural y mental...

Actualmente las técnicas corporales que también reconocen el poder de la mente están suscitando un renovado interés. Los Pilates, como las técnicas Alexander, Feldenkrais y el Yoga, entre otras, forman parte de esta corriente enfocada en cuerpo-mente. Todas ellas ofrecen alternativas al pensamiento convencional sobre la salud y la preparación física.

El método Pilates es un sistema de entrenamiento en el que intervienen de igual manera cuerpo, mente y sistema respiratorio. Fue creado por Joseph Hubertus Pilates, un hombre revolucionario que fue precursor de la Fisioterapia moderna con más de 600 ejercicios destinados a ganar fuerza muscular, quietud mental y corrección postural. Además del trabajo sobre suelo o colchoneta, también existen ejercicios con aparatos diseñados por el creador Joseph Pilates que reciben nombres como la Cama Reformer, la Torre, la Silla Wunda, el Barrel, El Cadillac, entre otros.

La técnica Pilates es única en el sentido de que ejercita sistemáticamente todos los grupos musculares del cuerpo, tanto los débiles como los fuertes. Combina la insistencia en la flexibilidad, propia del Yoga, con el énfasis en la fuerza muscular que encontramos en los ejercicios funcionales. Así, está orientado a crear un equilibrio y una pose natural, tomando en consideración todos los factores necesarios para mantener el cuerpo sano.

HISTORIA DE PILATES

Joseph Hubertus Pilates nació en Dusseldorf, Alemania, en 1880. De pequeño fue un niño enfermizo, afectado de raquitismo, asma y fiebre reumática. Precisamente fue su deseo de superar estas dificultades lo que le llevó a practicar culturismo, gimnasia, buceo y otras actividades físicas. Estudió las filosofías y teorías de movimiento orientales y occidentales, y en él tuvieron gran influencia las herencias de los pueblos griegos y romanos. Todo esto le proporcionó una base sólida, enriquecida por sus propias experiencias, para innovar y crear un sistema que desarrolló a lo largo de toda su vida.

En 1912 Pilates viajó a Inglaterra como artista circense, actuando en un espectáculo de estatuas griegas.  Al estallar la 1ª Guerra Mundial, fue internado en un campo de concentración en la isla de Man, junto con otros ciudadanos alemanes. Mientras estuvo allí enseñó y practicó su programa de ejercicio y comenzó a desarrollar aparatos que ayudaran en la rehabilitación de los inválidos y los enfermos. Aún en la actualidad, si miramos los aparatos, podemos imaginar que algunos de ellos fueron concebidos para adaptarse a una cama de hospital. A Joseph Pilates se le acredita por haber ayudado a muchos enfermos durante epidemias gripales, y por haber ayudado a muchos otros a superar enfermedades típicas de los conflictos bélicos.

Después de la Guerra, Joseph Pilates regresó a Alemania, donde el gobierno alemán le invitó a entrenar a su ejército. El, plenamente consciente de las implicaciones que tendría esta actividad, decidió emigrar a América (según algunas fuentes, Pilates acudió a Estados Unidos para colaborar en el entrenamiento del boxeador con título mundial, Max Schmeling, también alemán). No existe demasiada documentación acerca de la vida de Pilates antes de emigrar a Estados Unidos, si bien hay indicios de que hubiera conocido a algunos de los grandes innovadores de su época, como Rudolf von Laban, Kurt Ojos y Mary Wigman. A pesar de que Pilates no era bailarín, estos encuentros podrían haber sido el origen de su posterior interés e implicación con el mundo de la danza.

Durante su viaje a Estados Unidos fue cuando Joseph conoció a Clara, que se convirtió después en su esposa, y quien desempeñó un papel decisivo en el desarrollo y la enseñanza del método. A Clara se le ha descrito como una profesora respetuosa, delicada y llena de conocimiento, mejor profesora en algunos aspectos que el mismo Joseph Pilates. En 1926 abrieron su primer estudio en la ciudad de Nueva York, al cual acudió público diverso, incluyendo celebridades, artistas circenses, gimnastas y atletas.

Pero los que verdaderamente reconocieron el valor del sistema de Pilates y el profundo conocimiento del cuerpo humano que tenía este hombre fueron los integrantes del mundo de la danza, entre los que se contaban personas tan relevantes como George Balanchine, Ted Shawn, Martha Graham y Hanya Holm. Todo ellos se empaparon del método, integrándolo a menudo en su técnica y clases de baile, al comprobar el efecto positivo que éste conseguía sobre los cuerpos de los bailarines, tanto en su rehabilitación como en sus representaciones.

Pilates fue un hombre disciplinado, como demuestran sus enseñanzas, su condición física y su nivel de ejecución. Su trabajo denota influencias del yoga, la gimnasia, el boxeo, las artes marciales y las filosofías orientales y occidentales. Enseñó y demostró su trabajo en diferentes entornos, desde el estudio o su pequeño piso en Nueva York, hasta al aire libre, lugar que aparentemente prefería por sentirse más cómodo e inspirado. Tenía el ímpetu de un creyente y la creatividad de un genio. Fue un hombre que creyó sinceramente en emplear su sistema como forma de vida. Estaba convencido de que podía afectar a las personas en todos los aspectos, y por tanto a la sociedad en su conjunto.

Pilates soñaba con ver cómo su trabajo se enseñaba en colegios y universidades. Creía que las personas debían recibir formación sobre el cuerpo desde pequeños, y que esa información debía ser sencilla y accesible. Apostaba por la simplicidad del movimiento y la elegancia natural del cuerpo, tanto humano como animal. En muchos de sus primeros artículos, Pilates describe su pasión por los animales y sus movimientos, animando a las personas a imitarlos, como nos sugieren los nombres de muchos de los ejercicios.

En el transcurso de su carrera, Pilates desarrolló más de 600 ejercicios para los diferentes aparatos que inventó. Su filosofía de actuación se basaba en la creencia de que, para conseguir una buena salud, es necesario trabajar el ser en su totalidad, cuerpo, alma y espíritu. El equipamiento Pilates se diseñó para ejercitar todo el cuerpo, utilizando diferentes posiciones y movimientos, que simulan actividades funcionales y por tanto, contribuyen al equilibrio y correcta alineación corporal. En cada aparato se pueden realizar multitud de ejercicios, desde nivel básico a experto. Los aparatos, mediante la utilización de muelles, poleas y de la gravedad, retan a la musculatura de maneras diversas, con especial hincapié en la musculatura intrínseca. Se potencia la activación de estas capas musculares profundas para conseguir una mecánica óptima de movimiento y mantener la posición y alineación adecuadas.

Joseph Pilates se adelantó a su época con una visión del bienestar, su creación de ejercicios, su invención de equipamiento deportivo y la integración de éste en el hogar. Si bien hay quien no lo cree así, Pilates creó el primer gimnasio en casa, con la invención de su Silla Wunda, que formaba también parte del mobiliario. Hay imágenes de Joseph Pilates “predicando” acerca de las virtudes de su equipamiento en su piso de Nueva York, con Clara mirándolo, que nos hacen pensar que sus presentaciones eran más que simples demostraciones. Hay alguna grabación audiovisual que corrobora esta impresión: Pilates produjo una cinta que explica y promociona las ventajas de su sistema, incluidos consejos de salud personal y técnicas sobre cómo ducharse. Esta película – una mezcla entre guía práctica y anuncio publicitario- nos hace pensar que Pilates se adelantó también a sus tiempos, tanto en su consideración de la salud y el fitness,  como en su marketing. Años después de su fallecimiento, su trabajo posiblemente ha liderado una revolución mundial en el sector del fitness y ha desencadenado en la evolución de la industria del wellness.

El método Pilates constituye un camino hacia la salud total. No se trata de un nuevo programa de acondicionamiento físico, con ejercicios repetitivos poco pensados. El Pilates es un acercamiento holístico al bienestar y supone un proceso de refinamiento de por vida. En el párrafo de su libro “Retorno a la vida a través de la Contrología”, Pilates escribió lo siguiente: “La condición física es el primer requisito hacia la felicidad. Interpretamos la condición física como la consecución y el mantenimiento de un cuerpo uniformemente desarrollado,  con una mente fuerte, capaz, de manera natural y sencilla, de desarrollar con éxito nuestras muchas y variadas tareas cotidianas,  con entusiasmo espontáneo y gozo”.

Fuentes:

Rael Isacowitz – Pilates, Manual completo del Método Pilates

Michael King – Puro Pilates

José Rodríguez – 101 Ejercicios paso a paso de Pilates

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